Agente Expulsado

Sánchez es un genio de la estrategia política. Hace exactamente lo que le conviene en cada momento. Si se equivoca -como se equivocó al convocar elecciones, creyendo que robaría clientes a Podemos y Ciudadanos-, reacciona rápido: al día siguiente ya estaba anunciando un gobierno, hoy consumado.

Lejos de ser una anomalía en la dirección del PSOE, Sánchez es justamente lo contrario: la pura esencia del PSOE, que siempre ha sido el partido más habilidoso para adaptarse a las circunstancias cambiantes de la situación política. El PSOE es una maquinaria de poder, el partido vertebrador del Régimen del 78. Carece de ideología, salvo si lo que hace falta en ese instante es ideología: marxista, socialdemócrata, progresista, feminista… Sánchez es el jefe perfecto para el PSOE de estos tiempos.

Entiéndaseme bien: ya sé que Sánchez es un idiota, un tipo, como diría Woody Allen, “incapaz de escribir dos frases coherentes sobre un día en el zoo”[i]. Él no sabe nada de teoría, de ciencia o filosofía, ni falta que le hace. ¿Qué importa la verdad en la lucha por el poder? ¡Qué ingenuos todos estos comentaristas indignados por la mentiras y contradicciones de Dr. Fraudez! Cómo los engaña una y otra vez y, sobre todo, cómo va a volver a engañarlos…

Sánchez tiene un don. Todo el que negocia con él sabe que le está mintiendo pero, a la vez, es incapaz de evitar el mecanismo que le hace caer en la trampa que le tiende. Como un pez aturdido, muerdes el anzuelo.

Dicen algunos que va a ser fagocitado por Pablo Iglesias, ese chico tan listo, que nos va a traer un gobierno bolivariano… Nanay. Sánchez ha seducido a Iglesias, al que hemos visto colgarse gimoteando de su cuello gallardo y deshacerse en elogios al presidente en pública tribuna. A la hora de la verdad, que es la del reparto del pastel, Sánchez ha rodeado a Iglesias de tres harpías covicepresidentas para que lo vigilen, con sus miradas aviesas y sus garras y picos retorcidos… Y encima le ha puesto un ministerio a la parienta, que es como cuando un buen padre le regala un pisito a la niña, felizmente casada.

Es un genio, el Sánchez. A los de Podemos les va a dejar la retórica (y unos cuantos millones de euros del presupuesto, sí). Pero el poder -los mandos del Falcon-, se lo queda para él. Quien dice Sánchez, dice Los Sánchez, es decir, los intereses que controlan hoy al PSOE (y a unos cuantos grupos económico-mediáticos, de paso). Pero eso ya es otra historia, en la que no vamos a entrar ahora…

 

 

 

 

 

Sánchez es el guapo. En cuanto al feo, ahí sigue en el trullo, negociando una mesa, jajajá… Igual lo indulta un día y lo pone a copresidir la Generalísima Catalanada, por los servicios prestados. Y respecto al malo, no os sorprendáis si acaba trayéndolo de las Europas a rastras, y lo exhibe como trofeo por los pueblos de Castilla. Pero eso no ocurrirá cuando el juez Llarena ni ustedes ni yo queramos, sino en el momento adecuado, y sólo si Los Sánchez consideran que les favorece para la conservación de la gobernanza.

Sánchez es un hombre que miente sin escrúpulos, pero que siempre cumple sus amenazas. Os lo digo yo, que en los tiempos en los que nadie creía en Sánchez, expulsado de la Secretaría General del PSOE, tratado como un apestado hasta por La Sexta, vaticiné que ganaría las primarias. Y que incluso, un día, gobernaría.

Un consejo para quienes nos oponemos a Los Sánchez, escritores, periodistas y políticos: no estéis permanentemente irritados; no anunciéis el apocalipsis etarra-comunista-bolivariano cada vez que rebuzne la caterva de ministres y menestras. Además de resultar aburrido y previsible, es malo para la salud, enferma el cuerpo, enturbia el alma y, al cabo, alimenta al genio que guía a Su Persona, que crece más y más con ello.

No caigáis en la trampa: no alimentemos al monstruo con nuestra ira, no malgastemos energías en inútiles pataletas, ridículas exageraciones y grotescos gimoteos impotentes en las redes, pues eso es lo que quiere el pescador, llevarnos a un terreno donde es segura nuestra derrota.

Es mejor, compatriotas, tomarnos este desastre con humor, templanza, paciencia y un esfuerzo sereno y consciente hacia el objetivo de derrotar a Sánchez y sus secuaces, y a todos los enemigos de la nación española (el problema, como sabemos todos, va mucho más allá de Los Sánchez, la metástasis afecta al Régimen del 78 al completo, a todas sus instituciones, a todos sus partidos, separatistas, constitucionalistas y mediopensionistas). Sólo si callamos ahora, podremos pronunciar la palabra precisa y ejercer la acción contundente y necesaria, cuando sea el tiempo propicio. Hasta entonces, feliz legislatura.

 

[i] Frase del libro “Cómo acabar de una vez por todas con la cultura”, de Woody Allen