Frank G. Rubio

El Dios de los Juegos y la Risa se ejercita en la destrucción de civilizaciones y la erradicación de especies…

Mientras la República Popular China consigue alunizar en el “lado oscuro de la luna” una sonda robótica que realizará interesantes estudios científicos, asunto más que relevante que excede con mucho los aspectos tecnológicos, nuestro país y su vecino del norte siguen sumidos en un grave proceso de desorientación, no sólo política, en un contexto de corrupción intelectual de sus élites y de huida de la realidad impuesta a sus mayoritarias ciudadanías auténticamente preocupante. Como señala Dalmacio Negro: Los europeos han empezado a darse cuenta de que están en manos de clases dirigentes “cristalizadas” (Vilfredo Pareto) decadentes y corrompidas. Gobiernan solamente para sus intereses y sus caprichos, ocultos bajo la prédica de la “justicia social” y el velo del bien-être: el bienestar del Estado y de quienes lo patrimonializan. Neoliberalismo y/o socialdemocracia, puros descartes.

Estamos viviendo acontecimientos muy similares a los que los que arrostraron nuestros ancestros con el descubrimiento del Nuevo Mundo a finales del siglo XV, pero aunque tenemos un astronauta como elemento decorativo en un Ministerio, nuestro país está a otra cosa. Aquí no alunizamos sino que alucinamos. «No es excesivo —indicó Carl Schmitt— afirmar que toda clase de fuerzas creadoras humanas, arte, ciencia y técnica, han participado de aquel nuevo sentido espacial. Los grandes cambios de la tierra en lo geográfico no son sino el aspecto externo de la honda transformación que expresa la trascendental palabra «revolución espacial». Todo lo que se ha caracterizado como supremacía racional del europeo y del racionalismo occidental, surge entonces con impulso irresistible»

Pero Cronos artero devora a sus hijos…

Chang’e 4, la misión exploradora robótica de la República Popular China, ha alunizado el 3 de enero del presente año, día en el que hace 522 años Leonardo probó su máquina voladora; partió de la Tierra el 7 de diciembre de 2018 y entró en la órbita lunar el 12 de diciembre del mismo año. Chang’e es el nombre de la diosa de la Luna en el folklore de la potencia civilizacional extremo oriental, hoy dividida en dos unidades nacionales; esta deidad está involucrada en tramas mitológicas cuyo simbolismo se liga íntimamente a cuestiones alquímicas, cuestiones que exceden con mucho los objetivos de este modesto artículo pero que no nos cabe duda no son ajenas a los proyectistas astronáuticos o a sus titiriteros.

El programa Chang’e se inició en 2007 y culminará en 2030 con el establecimiento de una base lunar habitada. En esta expedición, la cuarta, uno de los experimentos más importantes es de corte biológico: la creación de un micro ambiente ecológico autónomo en condiciones de baja gravedad que incluye semillas de patatas, tomates y la florecilla arabidopsis thaliana; junto a estos componentes vegetales habrá larvas de gusanos de seda que testarán en su potencial germinación y desarrollo, todos al unísono, numerosas opciones decisivas para el establecimiento de un hábitat autónomo apropiado para humanos en la luna. Y quizás estemos ya viviendo, como consecuencia, lo que señalaba Carl Schmitt (1888-1985): El ensanchamiento puede ser tan grande, tan sorprendente, que cambien no sólo proporciones y medidas, no únicamente el horizonte externo del hombre, sino también la estructura del concepto mismo de espacio. Se puede hablar entonces de revolución espacial. Las grandes transformaciones históricas suelen ir acompañadas, en verdad, de una mutación de la imagen del espacio.

Volviendo a lo sublunar en España, país cuyo coeficiente telúrico es de los más elevados de Europa (al fin y al cabo aquí terminaba Atlantis): nunca hemos tenido un Presidente[1] ni un Gobierno -añado-, que hayan dado muestras de mayor estrechez de miras y falta de honestidad intelectual con relación a la solución de los problemas que les corresponde modular y resolver. La trayectoria desde el 78, vista ya con la perspectiva que da la lejanía, no se manifiesta de manera positiva, al menos con relación a las expectativas y los hechos, ambos constituyentes básicos, hasta nueva orden, para la circunstancia vital de sus usuarios. Por ello resulta grotesco que una organización masónica difunda que los siete padres de la Constitución del 78, cuyo régimen político está hoy bajo mínimos, eran masones. A veces es mejor permanecer discretamente callados, pero la mediocridad es hoy directamente proporcional a la auto indulgencia y a la osadía de quienes se ven, por mor de espejismos generados en cámaras estancas, como parte integral de la clase dirigente. Como señalé hace años en la contraportada del libro que escribí con Enrique Freire[2]: Las mismas fuerzas que durante más de dos siglos, retorciendo la cola del Dragón, incitaron con todos los medios a su alcance cambios drásticos en todo tipo de sociedades, ya no buscan la ruptura sino establecer una nueva conformidad de signo planetario.

En 1782 pasaba algo parecido y llegó lo que llegó. Vae victis.

Theodore von Karmán (1881-1963), ingeniero y físico húngaro que emigrara a los Estados Unidos en 1930, que con Frank Malina (1912-1981) y Jack Parsons (1914-1952) fundara Aerojet (1936) para fabricar motores de cohete, presta su nombre al crater donde ha alunizado, sin duda casualmente, la sonda china. En 1944 era uno de los fundadores del Jet Propulsión Laboratory de Pasadena (California) junto con el ya citado Parsons y Quia Xuesen (1911-2009); este último, nacido en Hangzhou, acabó participando activamente en el desarrollo de la primera bomba atómica china, convirtiéndose en uno de los padres fundadores del programa espacial de la potencia comunista extremo oriental. Todo ello en gran medida debido a la torpeza e incapacidad del gobierno norteamericano que cometió el grave error, a pesar de que sabía perfectamente de sus proclividades comunistas, de intercambiarlo por pilotos capturados en la guerra de Corea.

Las transformaciones del imaginario, y como corolario de la conciencia colectiva en Europa en el siglo XXI, son claramente disfuncionales. Europa no está a la altura del Futuro que está ocurriendo y que, por mor de la “traslatio imperii”, se encuentra ya en el Pacífico. La lucha entre Leviatán y Behemoth que marcó el siglo XX abre camino hoy al retorno subrepticio e imparable de los Abisales. El viejo nomos se hunde sin duda y con él todo un sistema de medidas, normas y proporciones tradicionales (Carl Schmitt).

De los miserables que ejercen, con o sin legitimación representativa en ambos países, Francia y España, las tareas concretas de dirección o gobierno, mejor no mentarlos: el pescado sin duda se pudre por la cabeza. Excrecencias del eón de Piscis. Porque hablar de ciudadanos o de seres humanos a secas, tanto en el caso español como en el francés, más en el español porque en Francia la nación se ha puesto en marcha, es hacer innecesarias concesiones al optimismo. Como señala en un excelente artículo Dalmacio Negro: en Francia, el pueblo natural ha pasado a la acción como pueblo político –la Nación- ejerciendo el derecho de resistencia. Menos contra los abusos de la oligarquía dirigente que, diría Ortega, contra sus usos, que es mucho más grave. El mayor, que vive separada del ciudadano común –para el Estado el súbdito contribuyente- por la frondosa burocracia dirigida por los “enarcas”, los apparatchiks tecnócratas de la nomenklatura que desgobierna el orden político establecido en Francia. Eso sí nosotros, siempre diferentes, hemos incrementado sustancialmente la cuota de “evas” en los cuadros medios y altos, electivos o no, con resultados que resultan claramente abrasivos para todos salvo para los más optimistas.

Hace tiempo, incluso antes de la crisis, que nuestro país se asemeja en muchas cosas a los afortunadamente desvanecidos países comunistas de la Europa oriental. Un país envejecido, inculto, intensamente corrupto y burocratizado hasta la médula donde cualquier muestra de mérito, creatividad o excelencia en prácticamente cualquier plano, se desalienta de manera sistemática por el capitalismo de amigos y la partitocracia. A esto hay que unir ahora un ginecocratismo de baratillo impulsado por determinados sectores clientelares dotado de una voracidad insaciable. Frente  a esto ha surgido ya una resistencia estructurada, de la cual el recién nacido partido político VOX actúa como ariete visible, ante la estupefacción de las élites extractivas parasitarias, que no han dudado en desenterrar la caja de truenos del “antifascismo”. En fin: estamos viviendo los últimos tiempos del diseño ya agonizante en el que se encuentran tan a sus anchas los más acrisolados oligarcas, como puedan ser AGW o Soros, y los deshechos humanos a los que han atribuido funciones de agitación y adoctrinamiento gente como Echenique o Pablo Iglesias. Mientras, y ya en lo caricaturesco, Cebrián tiene trece votos ya para presidir la RAE.

En Francia, mientras nos cocemos en nuestra propia salsa, tiene lugar una rebelión popular con la que simpatiza la mayoría de los franceses, aunque la propaganda oficial y los “media” hacen lo imposible para ocultarlo y desprestigiarlo. El pueblo natural sumiso a las clases dirigentes protesta contra el tren de vida de las castas que parasitan la estatalidad (Dalmacio Negro). Pronto llegará aquí el fenómeno, pues la circunstancia es similar, por lo cual es conveniente recordar que nosotros, nacidos en el país del Diablo y la Aventura, nos constituimos en nación erradicando sin contemplaciones a los invasores napoleónicos que pretendían imponernos, aliados a la clase dirigente de la época: poco más que un agregado de ceporros decadentes no muy diferentes de los miserables que han apadrinado a Podemos, Rajoy, Zapatero o Sánchez, pretendían imponernos, repito, una tiranía francesa con aroma pseudo europeo.

Hoy es el IV Reich franco-alemán, apadrinado por algunas corporaciones multinacionales, y correrá la sangre, no lo dudéis. El enfrentamiento verbal del microcefálico Presidente francés con Donald Trump, con ocasión de los fastos sobre el final de la Gran Guerra, ha tenido una “respuesta” casi instantánea.

Por descontado que los pseudo-intelectuales, muchos de ellos periodistas o profesores de ciencias sociales, tratan de explicar estas circunstancias con el viejo popurrí léxico de corte propagandístico izquierdista, atribuyendo al “capitalismo”, en su vetusta manera de ver las cosas, todos los males habidos y por haber. Postulando consecuentemente, mientras sacan a pasear el coco de la extrema derecha de sus apolillados recovecos mentales y en el marco de una desorientación conceptual sobre la que carecen ya de cualquier tipo de control, en cierto modo un retorno grotesco a la “vida intelectual” de los años 30, postulando, repito, como soluciones otros modos de ser y estar no menos “capitalistas” para los espíritus avisados, eso sí, enmascarados con ideas eco-esenias (“cambio climático”) a las que cuando uno acerca su cerebro en “modo reflexión” percibe como bastante más tóxicas que las obsesivamente criticadas. Era de esperar, tras convertir el concepto de “capital” en un auténtico deus ex machina sin pies ni cabeza, convocado por el inadecuado uso de los términos y la incomprensión de los más elementales rudimentos de praxeología y cataláctica. Un marxismo imaginario estetizado por feístas donde las explicaciones han sido sustituidas por interpretaciones y donde la fe gramsciana en la hegemonía cultural se ha convertido en una autentica obsesión.

Nietzsche, un “buen europeo” que no sentiría más que desprecio por la UE como sentía en su tiempo náuseas por “lo alemán”, dejó lúcidamente expuesto su pensamiento en una frase de imprescindible y necesaria actualización y activación: Yo expulsaría de mi Estado ideal a los llamados intelectuales, como Platón hizo con los poetas: éste es mi terrorismo.

En 1972 la Unión Astronómica Internacional dio el nombre de Jack Parsons a un cráter situado en la cara oscura de la luna. Parsons, que ingresó en la Logia Agape de la OTO (1941), realizó una serie de trabajos mágicos en el desierto, con la hermana de su esposa con la que tenía un affaire y con quien luego fuera fundador de la Dianética, para atraer a la diosa Babalon a la tierra. Engañado por Ron Hubbard (1911-1986) y su cuñada, acabó contrayendo matrimonio con Marjorie Cameron (1922-1995), deviniendo consultor del programa espacial israelí y siendo acusado de espionaje por el FBI. En 1952 morirá en una explosión de oscura etiología en su laboratorio, a la edad de 37 años. Aleister Crowley (1875-1947), que le había tenido por un discípulo aventajado, acabó rechazándole indignado.

Hoy más que nunca necesitamos pensar la política y no sólo ella bajo otros lineamientos que los heredados, lejos del opio de los intelectuales. El mapa no es el territorio, estamos viajando… la Tierra y la Historia permanecen, pero el rayo pertenece a Zeus y en el Abismo habitan monstruos…

De Europa Press, en torno al 26 febrero del año pasado:

“La habitabilidad de Próxima B (Centauro) se desvanece tras una erupción en su estrella. Una enérgica explosión de radiación en forma de erupción estelar masiva ha sido detectada en la estrella más cercana a nuestro propio Sol, Próxima Centauri, a 4,2 años luz. Fue observado en marzo pasado. Este hallazgo, publicado este lunes en Astrophysical Journal Letters, plantea preguntas sobre la habitabilidad del vecino exoplanetario más cercano de nuestro Sistema Solar, Próxima B, que orbita Próxima Centauri y, ahora, es probable que haya quedado arrasado por este evento”.

No lo esperes del Oriente ni del Occidente; pues de ninguna supuesta casa viene ese niño. Cap 1, 56; Libro de la Ley.

[1] Sánchez es el único presidente que se ha negado a jurar sobre la Biblia, que como bien sabemos es una de las tres luces de la Masonería. Nace con fecha de caducidad, es un mero desechable que cumplirá inconscientemente un papel imprescindible. Su pasión por el viaje en avión no es un buen augurio, ni para él ni para los españoles.

[2] Protocolos para un apocalipsis (Editorial Manuscritos)