Alfonso de Urbina Arróspide

“Hablamos de Madrid” presenta a Carmena y reivindica el diálogo frente a la crispación.
Asistimos a un burdo teatro de guiñol en el que aparece la dulce abuelita movida por la «sociedad civil» (terminales del PSOE) y sus buenas intenciones de concordia.
La trama de corrupción de su marido y de ella misma queda en un pasado remoto y olvidada, la dulce abuelita lucha contra la polarización.
Y ese es precisamente el guion del teatro para niños tontos, Ayuso es un extremo y Pablo otro y en medio la gente sensata que miente despacio y con buenas formas, los melifluos muñequitos de la tercera edad.
Esa polarización solo existe como truco para colocar a Ayuso en un extremo en el que nunca ha estado y no va a estar. El objetivo, tan rastrero, es impedir el debate sobre la realidad de la Comunidad de Madrid, el resultado de las políticas de su gobierno y lo que supondría que Gabilondo se convirtiera en la correa de transmisión de las políticas de Moncloa.
Eso es lo que se dirime en Madrid y tratarán de ocultarlo.
Pablo Iglesias participa del mismo guion para niños tontos, su imagen se refuerza de manera mentirosa al oponerla artificialmente a la de Ayuso y en su momento, si el engaño funciona, pasará a apoyar a Gabilondo.
Engaño burdo que contará con el ruido y la furia de los medios, sindicatos y terminales de la «sociedad civil».
