Alfonso de Urbina Arróspide

El Estado Profundo en España acaba de llevar por las orejas a Su Majestad para que el Estado Profundo Catalonio, componente dominante del primero, que escenificó ayer una patética puesta en escena para lavar la careta del presunto empresariado con grande alharaca de La Vanguardia, presente su cara amable e institucional al inversor alemán al que prometen entregar los dineros que previamente el Gobierno de España habrá recibido de Europa para que ponga su fabriqueta de baterías y Catalonia is not Spain continúe siendo «el motor de la economía española»
El Estado Profundo permite al Rey un minuto de gloria para devolverle a continuación a su función de muñeco de punchingball.
El Estado Profundo sigue trabajando para los mismos señoritos a los que el Instituto Nacional de Industria franquista regaló SEAT con el dinero y el esfuerzo de los españoles en 1950. La España Vaciada que ahora achacan a Madrid empezó a desangrarse gracias a las decisiones estratégicas del Estado Profundo, en unos años castellanos, andaluces y extremeños acabarían siendo la carne de cañón entregada a los señoritos del Estado Profundo Catalonio.

Ayer el Rey hizo muy bien su trabajo para el Estado Profundo, Iberdrola la pata nacionaleuskadiana, el Gobierno de España como distribuidor de fondos europeos y el Coche del Pueblo alemán como patrón de la industria.
Un Estado Profundo subsidiario y dependiente, ínfimo, de cuarta regional y una Monarquía Sometida como símbolo de sumisión.
«Desde adolescente la bandera bicolor me dice cosas que no me gustan» escribía Gregorio Morán en su sabatina de Vozpopuli.
Esta frase es reveladora de los estragos intelectivos que produce el Estado Profundo y su continuidad en el tiempo.
¿Dicen cosas las banderas? Parecería que estamos ante alguien con problemas que oye voces cuando ve la bandera de España (eso es la bicolor) pero no, los símbolos efectivamente dicen cosas y hablan a la mente y a los sentimientos, los símbolos son estímulos que despiertan una respuesta inducida por la educación, la costumbre, el entorno y la experiencia personal.
Cuando a G. ,M. la bandera española le dice cosas que no le gustan está dando por hecho que entendemos a qué se refiere y esa es precisamente la huella del Estado Profundo sección progreso, incompatible con ser español, que se transmite generación a generación.

Entendemos que no le gusta precisamente lo que representa España en la mente progresista, un país de historia fracasada, intolerante y sometido al oscurantismo y el fanatismo.
Es decir, la imagen convertida en impronta que la Ilustración francesa implanta sobre España, inoculada en el Estado Profundo español sección progresista y transmitida desde entonces como herramienta decisiva de poder, de control de la sociedad y de sometimiento.
La razón por la que El País aúlla contra Elvira Roca y su mensaje liberador.
El Estado Profundo español sección criminal-progresista fue cómplice del 11M del Estado Profundo conexión gabacho-europea para devolvernos a la cordura y el progreso.
En eso estamos.
El Estado que vemos, al que reconocemos porque nos extrae recursos, organiza elecciones, tiene ejército y policía… es en cierto modo como la parte visible del Iceberg. En el Iceberg es el11%, en el Estado no lo puedo saber, pero podría ser algo parecido.
El Estado tiene una continuidad en el tiempo y es sujeto jurídico como lo son las personas que supuestamente forman parte del mismo, por ejemplo, en España seguimos teniendo a Gibraltar como colonia inglesa por un tratado firmado hace más de 300 años.
Y del mismo modo que de las personas y sus actuaciones vemos la parte que se manifiesta, sus objetivos, motivaciones y las razones profundas de su comportamiento permanecen ocultas y solo las podemos imaginar o vislumbrar, una parte permanece invisible para todos. Para entendernos, el subconsciente en un porcentaje desconocido explica el comportamiento personal, del mismo modo que el desplazamiento del iceberg responde a corrientes profundas que actúan sobre la parte sumergida.

Todos los Estados se sostienen en Estados Profundos y de la naturaleza de los mismos, sus contradicciones internas y la manera de resolverlas, depende en gran medida su capacidad de supervivencia, su independencia frente a terceros y la capacidad de los ciudadanos de dirigir sus propios destinos.
El Estado Profundo español es un Estado gravemente fraccionado, en cierto modo esquizofrénico, y ocupado en gran medida por fuerzas que desprecian a la nación y por ello son premiadas.