Enrique Vargas
I. MENIPEA CONTEMPORÁNEA
DISCURSO CENSORIO CONTRA LA ABOMINABLE SECTA DEL BARÓN DE SECONDAT, CONOCIDO POR EL VULGO COMO MONTESQUIEU
Por estos lugares se ha difundido no hace mucho tiempo una creencia pestilencial que lleva a muchos espíritus descaminados a poner en duda la naturaleza de la sustancia única del Poder indiviso del Estado, lo cual ha puesto en alerta a las Autoridades del Reino, y yo, hombre al fin consciente de nuestras necesidades y deberes cívicos, heme puesto manos a la obra, con el franco propósito de advertir a los incautos de lo infundado e inverosímil de una tal nueva fe extranjerizante, que hemos de estimar por su novedad atrabiliaria y mendaz como la más peligrosa amenaza para el buen y recto Gobierno de estos Reinos de su Majestad.
Anda por ahí de mano en mano entre el vulgo impío y demás gente desaseada un libro intitulado “Teoría pura de la República”, del cual libro se sospecha que contiene el pensamiento más descabellado que la fantástica mente del hombre haya alcanzado a engendrar.
Allí se afirma, contra toda experiencia mundana e histórica, que el Regimiento del Estado debe estar dividido y separado entre Instancias distintas y todas ellas electivas, y con esta infamia que algunos llaman “republicana”, se pretende atacar el santo principio de la Unidad Trina y Verdadera de la Sustancia del Poder encarnado por espíritu infuso en el Consenso de los Buenos, es decir, nuestros Jefes de Partido del Estado, que Dios y su Providencia sustenten largo tiempo para Bienestar Común del Reino.
No entraremos en el pormenor de estas cuestiones tan bizantinas y resbaladizas, pues nada sabemos de ellas ni queremos saber de su sinrazón, pero sí hemos de declarar que esta blasfemia contra lo más sagrado de nuestra tradición es mercancía averiada, agenciada desde el Extranjero por bucaneros de las ideas sin licencia de comercio legal, y traída a traición, y clandestinamente a nuestras costas bajo patronazgo de gente protestante de raza anglosajona, dícese que asentada en las tierras nuevas americanas en la floreciente Colonia de su Majestad británica, si bien se reconoce a un noble francés como la fuente prima de esta arriesgada disquisición metafísica, a la que tan férreamente nos oponemos aquí a partir de una incontestable experiencia de buen Gobierno, universalmente reconocida como ejemplar y digna de emulación.
Como indicios de subversión aniquiladora, deben señalarse, a fin de prevenir de su uso a los dubitativos y diletantes, que los tales heterodoxos indoctos refiérense a menudo con la palabra “Constituyente” a procesos improbables de instaurar formas de poder, a todas luces de la Razón, ilegítimas y subversivas, y hemos de registrar sus términos tales como “libertad constituyente”, “poder constituyente”, “grupo constituyente” y el peor de todos, “Libertad Política Colectiva” y otros tales que disimulan torticeramente la voluntad criminal de usurpar a los poderes legítimamente constituidos en estos Reinos de su Majestad, con tan larga tradición de rectos Gobiernos.
Osadía, pues, sin igual nunca vista, tanta y tan diversa como para que estos herejes de opinión política subversiva lleguen a extremos de afirmar cosas como que el dogma católico de la Santísima Trinidad ha hecho un daño cognitivo irreparable a esta Nación, pues niegan, sin argumentos teológicos sólidos, que sus más sobresalientes y nobles Gobernantes no fueran requeridos en su histórica Función por la Trinidad del Poder Unificado, arguyendo Causa general contra el dogma, y afirmando que no eran Gobernantes legítimos, tales como Don Adolfo Suárez, que se encarnó y fue hombre por el sistema de listas; y Don Felipe González, que se encarnó y fue hombre por el sistema de listas; y Don José María Aznar, que se encarnó y fue hombre por el sistema de listas; o José Luis Rodríguez Zapatero, que se encarnó y fue hombre por el sistema de listas; y Don Mariano Rajoy Brey, que se encarnó y fue hombre por el sistema de listas.
Y, para más intransigencia contra el Dogma, atrévense los lectores del blasfemante Texto a poner en duda el hecho incontestable de que todos ellos eran figuras carismáticas, sustitutas en Gracia de la Manifestación epifánica de la Trinidad de Poderes del Estado y, admirable de decir, los herejes dicen que, como en Pentecostés, los votantes de listas recibieron la visita del Espíritu Santo y hablaron y dijeron la verdad, pero que esa verdad de hecho no lo era en ningún sentido, pues estaba desprovista de la Verdad política esencial, ya que el Espíritu de la Libertad no hablaba en ellos.
Para más escarnio de la recta Razón humana, afirman sin rubor que, si bien el Dios de Partido es Uno y Trino, la Separación de Poderes “ab origine” se resiente de la ofensa que le inflige la Unidad de Sustancia del Unigenitus Personal de Partido del Estado, que es identificado sin Diferencia de Origen con el Poder del Estado ya constituido.
Nosotros, que amamos la Libertad y por eso somos tan vigilantes con su ejercicio inmoderado y contraproducente, no podemos sino negar con toda contundencia este demoníaco silogismo.
La Constitución de este Reino tan pacífico y bien ordenado ha conseguido sobrevivir largo tiempo sin tener en ninguna observancia los prejuicios de esta secta que el Barón de Secondat y sus adláteres ha intentado promover innoblemente entre nosotros.
Demos gracias a la modesta pero fértil Inteligencia del Pueblo Español, que ha sabido preservarse en su mayoría sana de tan desmesurados planes conspirativos y revolucionarios contra este Regimiento y Gobernación, nunca bien ponderados en su Justicia y Equidad.
II. MICRORRELATO COSTUMBRISTA
UN PUEBLO Y SU DESTINO
Encerrados los puercos en las zahúrdas al atardecer, los gañanes, al aire libre, se reunieron alrededor de la hoguera.
Como buena gente del pueblo llano, al relente de la noche otoñal, conversaban sobre los esfuerzos y andanzas porqueriles del día, intercambiaban de sus botas largos tragos de vino mientras comían sus puñados de bellotas y sus tasajos de cecina, dura como sus viejas cabezas llenas de ancestrales elucubraciones constitucionales no bien asimiladas.
El más vivo de entre ellos sostenía un libriello entre sus manos y se rascaba a la par la mollera, abría mucho los ojos, arqueaba las cejas, resoplaba mientras leía en voz alta chasqueando a ratos la lengua pegajosa:
Artículo 155
- Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
- Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas.
En agresiva espera, los circunstantes guardaban silencio. El más joven y de más hosca catadura pronunció entonces este discurso porqueril:
“¿Qué es Comunidad Autónoma? ¿Qué es Estado? ¿Qué es Gobierno? ¿Qué es Parlamento? ¿Qué es interés general? ¿Qué es Constitución? Nada de eso sabemos nosotros, los gañanes a cuyo cuidado los señores han puesto sus puercos desde nuestra infancia en medio de la escasez de estos campos yermos. Nosotros sólo sabemos engordar sus puercos para la matanza, de la que ningún provecho se nos da sino tan sólo aqueste rudo tasajo de cecina y estos libriellos con que entretener las siestas y las noches debajo de las encinas, libros del demonio escritos en algarabía que nadie entiende, a no ser esos leguleyos de los señores, que siempre nos vienen a revolver las entrañas con las cuentas, los debes y los haberes, los dimes y diretes de sus sermoneos sobre derechos, democracias e impuestos. Nosotros los gañanes nada sabemos de unidades nacionales o patrias, nada entendemos de leyes, se nos da una higa seca como el ojo de un tuerto la Monarquía o la República, pues nuestras panzas orondas sólo se consuelan con poco más o menos y nuestros cerdos son nuestra mejor compañía«.
III. SÁTIRA PERSONAL
SONETO BARROQUIZANTE
AL DUQUE DE LERMA (ESPAÑA, 1598-2018)


Vos, fatuo cortesano, el grande Lerma,
a quien el Cielo concedió favores
de privanza, parcial el celo honores:
Merced acrece si Fortuna merma.
Báculo senescente a España enferma,
austríaco vellón de los peores,
gorgojo del Tesoro: los pavores
de vil Gorgona yelen vuestro esperma.
Fatales mordeduras ponzoñosas
os darán por do más pecado habéis
y péndulo seréis con Judá erecto,
pues sin capelo tanto en Dios teméis
Día del Juicio, almas criminosas
deseo os viertan azufre por el recto.