La cárcel de la que hablamos aquí no está hecha de cemento y acero.
Somos nosotros mismos, nuestra forma de vida, nuestra identidad numerada y estandarizada, la sociedad deshabitada y ocupada por mercancías intercambiables… Por el cazador furtivo
La cárcel de la que hablamos aquí no está hecha de cemento y acero.
Somos nosotros mismos, nuestra forma de vida, nuestra identidad numerada y estandarizada, la sociedad deshabitada y ocupada por mercancías intercambiables… Por el cazador furtivo