Centro de Estudios de la Estulticia Medioambiental

America first significa que los intereses de EE. UU. pasan por encima de cualquier otra consideración y la guerra de Ucrania ha resultado un pésimo negocio si no se rentabiliza lo antes posible, de ahí la exigencia de explotación de sus recursos naturales.

Ucrania es víctima de siniestras operaciones de anteriores administraciones norteamericanas y sus lacayos europeos que invirtieron en revoluciones verdes para controlar países con recursos naturales y explotarlos. Para ello utilizaron el andamiaje woke prometiendo el paraíso en la tierra, la pertenencia a la OTAN, la riqueza capitalista progresista, el reconocimiento como país europeo occidental abandonando el pelo de la dehesa en una transfiguración milagrosa. Un imposible delirante cuyo objetivo real no era otro que ampliar el área de influencia de la pestilencia globalista al servicio de esas falsas élites degeneradas que creyeron que podían dominar el mundo definitivamente.

Ahora se dan de bruces con la tremenda realidad, en EE. UU. se ha producido una reacción del pueblo norteamericano que quiere seguir existiendo y Europa choca con el muro de su dependencia, inconsistencia e incompetencia.

Ucrania es la víctima propiciatoria de este crimen perpetrado por oligarquías corruptas y ya fracasadas que se refugian en Bruselas, esa meretriz sin alma.