Frank G. Rubio
La esencia del conservadurismo es la protección del orden social –la familia, el vecindario, la comunidad local y la región ante todo– frente a los estragos del Estado político centralizado. Robert Nisbet
El año que viene, como todos los años, se iniciará bajo la sombra del año anterior como lo hicieron el anterior del anterior y los precedentes. Los medios de comunicación se cuidarán muy mucho de ahogar toda posibilidad de reflexión bajo un manto de simulacros actualistas, a cada cual más irrelevante y disruptivo. Ya lo han comenzado a hacer tratando de atribuir a Ortega Smith el lanzamiento de una botella de plástico o lata, según las versiones, a una excrecencia humana de Sumar. Como en el caso de Jenny Hermoso y Rubiales destacar que los materiales grabados, y hoy todo lo está, no avalan las versiones que quieren convertirse en oficiales. Pero se continuará insistiendo para mejor polarizar la opinión pública, desviar la atención y afirmar que dos y dos son cinco si así lo determina la clase político-mediática que nos desgobierna.
Nuestro presidente, con sus libros y múltiples viajes para llevar la buena nueva de la “segunda internacional”, de la cual es presidente, a todos los mundos de la galaxia habitada, será vector privilegiado de estas insignificancias. ¡Mal rayo parta ese Falcon!

Sería mejor que los españoles fueran alertados de la posibilidad de cortes de luz y de conexión a Internet que tendrán posiblemente lugar pronto, debido a las emisiones cíclicas solares producto de una alta e inusual actividad en 2024.
Con relación al COVID vuelven a verse de manera creciente, al menos en Madrid, rostros velados que siguen las consignas médicas al pie de la letra y cuyos portadores tratan de enrarecer el propio aire que respiran… mientras se van dando a conocer, en general con cuentagotas pero de manera continuada, numerosos y pequeños detalles sobre el origen de la crisis sanitario-distópica iniciada en China comunista en el 2020 con aval de la clase dirigente estadounidense que patrocina el partido del burro. Ya nadie duda del carácter artificial de la pandemia, a pesar de los intentos de enterrar sus orígenes en grutas repletas de quirópteros. Un estudio japonés recientemente publicado, dedicado al estudio de numerosas variantes, da cuenta de la manipulaciones genéticas realizadas: virus generados artificialmente, idea más razonable que propugnar un nuevo mecanismo de adquisicion de mutaciones. Y se añade, para que podamos leer mejor entre líneas: no concluimos que estos virus hayan sido sintetizados y distribuidos artificialmente con mala intención. Ya no son solo los servicios secretos, que desde el primer momento consideraron esta posibilidad, los partidarios de esta hipótesis del origen artificial.

Si preguntáramos qué pensaron nuestros organismos de seguridad, nuestro CNI, no obtendríamos respuesta. Nuestro país actuó con un seguidismo de botarates las orientaciones comunistas chinas, tanto de información como de metodología terapéutica, similar a lo que habría hecho una colonia. En Italia, donde no gobierna ya la baja canalla izquierdista, el país ha cancelado su adhesión al proyecto Nueva Ruta de la Seda y está a punto de ver procesado a su antiguo ministro de Sanidad: un covidiano fanático de ideología y militancia socialistas.
Nuestros servicios secretos ya estaban desmontados en la fecha de emergencia, debido a varios conflictos y momentos críticos internos. De hecho es en el umbral de esta crisis cuando se produce la entrada en la dirección del CNI de su primera directora. Asunto que excita a todos los bien pensantes: “si es mujer es mejor…” En 2022 y con escándalo será sustituida por otra funcionaria, aun más gris, adscrita claramente al PSOE. La crisis COVID abrió la puerta al protagonismo de las ciberamenazas, supuestamente vinculadas a las investigaciones sobre las vacunas. Se habló de “hackers” que trataban de robar datos sobre la vacuna española (sic). En fin que juzgue cada cual, porque la risa se confunde con la náusea ante estas expectoraciones que en su momento pasaron por información relevante. La vacuna Hipra no la quiere nadie.

España tiene una clase periodístico-mediática absolutamente desalmada e inculta, completamente mercenaria, que lleva décadas insuflando barbarie, feminismo e ignorancia sobre todos lo temas que trata, en una población descentrada por la educación escolar y universitaria. Se hace todo lo posible desde hace décadas para que los españoles confíen en la televisión como única fuente de información para cualesquiera tema imaginable. No hay solo decadencia de las élites sino una profunda regresión psicológica en las multitudes que se ha incrementado fuertemente con la Covidistopía. Lo del “pensamiento envenenado” no es sólo una metáfora. Las cabezas españolas están casi tan vacías como las argentinas (aquí parece no obstante que algunos reaccionan), mejicanas, cubanas o venezolanas, por poner un ejemplo políticamente incorrecto que puede expandirse sin esfuerzo a más países de nuestro área lingüística. En español se puede ser intensamente imbécil.
Con relación a las corrientes de opinión, el modo de programar y modular la actitud y sensibilidad de las multitudes en “la democracia”, el cuestionamiento de la ideología “woke” es ya general. Elon Musk ha hablado públicamente del virus “woke” y atacado directamente a la compañía Disney, uno de los máximos vectores de introducción de esta patología, fundamentalmente lingüística, en la vida cotidiana de las masas globales. La burocracia de la UE consecuentemente le amenaza.

Sobre el origen de “lo woke” hay quien lo atribuye a políticos y periodistas, aunque sus orígenes están claramente residenciados en determinados recintos universitarios norteamericanos. Las universidades llevan décadas, especialmente en los Estados Unidos, funcionando como recintos de experimentación social controlada. Como las prisiones, las escuelas y los hospitales en el resto del mundo desde hace más de 200 años. Es el sello de la Ilustración, que la distancia cronológica nos permite ya intuir como un horizonte de termitas camuflado tras un melifluo humanismo que comenzó con la guillotina y trata de culminar en el “sujeto posthumano”. Ecumenismo de pacotilla y budismo teosófico. De Voltaire a Harari.
Con ocasión del conflicto iniciado el 7 de octubre del presente año con el salvaje ataque de Hamas a civiles israelíes, que festejaban en la frontera con el albañal islámico, se han puesto en marcha numerosas actividades de agitación y propaganda masiva a favor de la “causa palestina”. Todo ello minuciosamente organizado y subvencionado. Entre los daños colaterales de este tráfago de activistas y multitudes, convocadas “ad hoc”, se encuentran numerosos incidentes ocurridos en universidades norteamericanas de élite que han tenido como pasatiempo preferido amenazar, tanto verbal como físicamente, a estudiantes judíos.
En Madrid mismo, y en el metro de Sol, pude atisbar desde Almería cómo se toleraba una sentada en el interior de la estación en favor de los terroristas. No olvidemos que nuestro país esta gobernado por una coalición donde figuran los comunistas, que obviamente se ocultan tras seudónimos y siglas supuestamente inofensivas, que ha hecho clara su hostilidad al gobierno israelí generando con ello una grave crisis diplomática. La expedición aeronaval que se va lanzar contra los huties, que tratan de estrangular el comercio internacional bloqueando los accesos del Mar Rojo, no contará con la colaboración española. España es uno de los escasos países que siguen subvencionando a los terroristas que han creado en la Franja de Gaza todo un imperio subterráneo, repleto de armamento, donde se refugian los indeseables que practican continuas actividades de asesinato, secuestro, violación y devastación urbana.

El porvenir no parece límpido, en el umbral de las nuevas elecciones en USA y de un conflicto real de Israel con su enemigo principal Irán, subvencionada esta última nación por el muy cascado presidente Biden. España entretanto repito subvenciona a Hamas, aún tras los atentados gravísimos realizados hace un par de meses. España está buscándose un problema.
El exceso de muertes crece significativamente, como lo hacen los infartos y turbo cánceres que afectan a grupos de población inéditos por su edad. Obviamente nadie se toma en España la molestia de realizar un programa sistemático de autopsias para detectar en qué medida pueda esto estar vinculado a las seudovacunas. Aunque la vacunación se ha ralentizado mucho porque la población es muy boba pero menos de lo que suponen los miserables que diseñan los entornos extractivos a los que la someten. El sistema médico sanitario español, tanto por su funcionamiento real como por su financiación, cada vez más reducida, también por la actitud de sus mentores y gestores, se está convirtiendo en una auténtica amenaza para la ciudadanía.
Otra amenaza, gestionada por la mala voluntad e incapacidad gubernamental, estriba en la permisividad con la emigración ilegal, compuesta mayoritariamente por multitudes embrutecidas procedentes de África, que en España no encuentra freno alguno gracias a las políticas del gobierno social comunista y a la estupefacción ovina de esencia vaticana que afecta a millones de personas devotas del subhumano argentino. En Francia, Italia y Alemania se están comenzando a tomar medidas. Aquí no.
Nuestro gobierno está comprometido en una política de decrecimiento y deterioro de las condiciones económicas y sociales de la población, como lo hiciera el gobierno argentino recién sustituido. Las razones no son solamente la ineptitud o la corrupción, que se le suponen a nuestras elites y su aparato administrativo, sino el cumplimiento de los designios vinculados a la Agenda 2030. No son casuales las visitas recientes de Obama o Hilary Clinton a España.
La corrupción del sistema político, y no solo político, norteamericano es muy intensa como muy bien ha denunciado uno de los más interesantes candidatos republicanos el hindú Vivek Ramaswamy: me sorprende lo corrupto y roto que está el sistema político… crean la ilusión de que no lo está… los titiriteros son la gente que puede firmar cheques de ocho cifras. Cada uno de los políticos bailan al son que le marcan sus mayores donantes, como si fuese un mono de circo.

Y España es un espacio en el que se están intentando imponer, con gran resistencia por parte de sus sectores conscientes que han comenzado a reaccionar, los muy totalitarios protocolos “woke”. La reina Letizia fotografiándose en Asturias con personajes de tan baja catadura como son Luís García Montero (Instituto Cervantes) o Adrián Barbón (PSOE) y “mostrando interés en el lenguaje inclusivo” lo único que muestra son sus limites intelectuales. Mientras tanto Felipe VI, siguiendo indicaciones de su padre, expone en el último mensaje navideño una defensa de la separación de poderes y el respeto a la Constitución.
No va a ser nada sencillo que España deje de ser Patio de Monipodio.