Alfonso de Urbina

La negación de una realidad dolorosa, de una pérdida, es un reacción humana necesaria para sobrevivir al dolor si bien debe ser transitoria si se quiere afrontar esa realidad y llegar a vivir con ella y enfrentar la vida con un impulso vital creador.

A la pregunta que se hace Vidal Quadras ¿Hay alguna forma sin rebasar el perímetro del orden jurídico en vigor de impedir que el presidente de Gobierno en funciones cometa la barbaridad que pretende? la respuesta no puede ser otra que NO, no es posible y reconocer la pérdida que esa respuesta supone es el primer paso para cambiar la realidad.

El Rey no hará absolutamente nada más allá de seguir el mecanismo que se le atribuye, el PSOE activo, no el de los jubilados, seguirá a Sánchez ciegamente, los empresarios callarán como peripatéticas, deambulantes como son buscando siempre el sol del B.O.E y el pueblo español, el único actor en toda esta historia que aún mantiene espina y dignidad carece de herramientas para articular una respuesta a la altura del desafío existencial al que se enfrenta.

Queda reconocer los hechos y contemplar el campo de batalla sin pretender consolarnos apelando al patriotismo inexistente de espectrales diputados socialistas buenos o a una Constitución agujereada como un Queso Gruyere en avanzado estado de descomposición.

El PP de Génova es un partido regimental absolutamente incapacitado para dar la batalla, solo quedan, paradójicamente, las Autonomías no sometidas al secesionismo o al socialismo, su servil aliado. La batalla institucional solo puede darse desde la insurrección firme y articulada de las instituciones autonómicas que son el objetivo del “Gobierno de España” para someterlas a sus amos creando esas dos Españas, la hegemónica que no se considera España y el resto de territorios sometidos. Esa insurrección es posible.